Se forma en Argentina y en Barcelona. Compagina la escenografía con la realización y producción audiovisual para numerosas producciones. Los pilares esenciales de su trabajo son la interacción entre la acción escénica y la imagen proyectada y la concepción del espacio como elemento expresivo y generador de resistencia y movimiento. En el extranjero ha trabajado recientemente con creadores de primer nivel internacional como Sidi Larbi Cherkaoui (Milonga, 2013, y Shellshock, 2014) y en Cataluña ha colaborado con directores como Carme Portaceli o Joan Ollé. Actualmente se dedica en exclusiva a su compañía La Conquesta del Pol Sud.
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EUGENIO SZWARCER
Uno de los mejores elogios que recuerda haber recibido por su trabajo se lo hizo una directora que le llamó para ofrecerle un proyecto, y le dijo que lo hacía «porque eres la única persona que conozco que, si fuera necesario, haría una escenografía fea». Nacido en Buenos Aires en 1976, Eugenio se formó primero en Argentina y más adelante en Barcelona, donde estudió Escenografía en el Institut del Teatre. En sus inicios su trayectoria estuvo vinculada a montajes de pequeño formato en la Sala Beckett, y se ha desplegado en colaboración con directores como Joan Ollé, Juan Carlos Martel, Carme Portaceli o Sidi Larbi Cherkaoui. Desde 2009, destina la mayor parte de sus energías a la compañía de teatro documental La Conquesta del Pol Sud, de la que es cofundador, junto con el director de escena Carles Fernández Giua.
Nos encontramos con Eugenio en una sala del Teatre Nacional de Catalunya, donde están ensayando Raphaëlle, la tercera parte de la trilogía sobre mujer, historia e identidad iniciada en 2014 con Nadia y desarrollada con Claudia (2016). Desgraciadamente tuvimos que declinar su invitación de visitarlo en Berlín, la ciudad en la que vive y donde, como nos dice, «va a descansar». Por tanto, nos vemos obligadas a hacer un ejercicio de imaginación cuando insiste en que el espacio que nos rodea no se parece en nada a su estudio o espacio de trabajo habitual. Y es que su faceta escenográfica no se puede desvincular de su faceta como videoartista, dos campos profesionales que, en su caso, se funden en uno solo. La integración de vídeos en el espacio escénico (evitando los formatos de proyección estándar y utilizando los volúmenes y elementos escenográficos como soporte para la imagen) y la exploración de las posibilidades de interacción entre la acción en escena y la virtualidad de la imagen son algunos de los centros de interés alrededor de los que han orbitado siempre los proyectos de Eugenio.
Sin embargo, la línea artística que han tomado con La Conquesta del Pol Sud le ha planteado una nueva serie de retos. «Yo estaba muy acostumbrado a trabajar con animación, y al empezar a hacer Nadia la decisión de que todo el material de vídeo tenía que ser real fue bastante radical.» Pero sobre todo es en el proceso de creación donde pone el énfasis. Con La Conquesta, se desdibuja una idea totémica de la escenografía y se adentra en un proceso de trabajo en el que las necesidades de la producción se reparten mucho más horizontalmente entre los miembros del equipo, donde se habla mucho más sobre dramaturgia que sobre soluciones técnicas, y donde los diferentes roles no se entienden como parcelas separadas sino como una parte de un único relato.
La relación con las intérpretes, que no son actrices sino testimonios que hablan en primera persona, también ha supuesto un gran cambio en su manera de pensar y diseñar. «No tomamos ninguna decisión sobre el espacio, el vestuario o la puesta en escena sin hablar de ello y consensuarlo; no hacemos nada sin que la protagonista sea totalmente consciente de qué estamos explicando con lo que hacemos ni sin que se sienta representada.» Las decisiones estéticas pasan, pues, a segundo término, y la correspondencia de los materiales con los contenidos biográficos o históricos que vehiculan las intérpretes se convierte en el principal reto artístico de unos proyectos que Eugenio describe como «la puesta en escena de una relación», y donde tanto él como Carles comparten, físicamente, escena y preguntas con las intérpretes, en un ejercicio de abolición de la línea que separa el interior del exterior.
No nos sorprende, pues, que Eugenio acabe diciéndonos que cada vez le cuestan más los proyectos de ficción, aunque él parezca un poco sorprendido por sus propias palabras. «Me encuentro en un proceso muy íntimo, en el que he pasado de pensar que podía hacer de todo a darme cuenta de que no, y que tengo que concentrarme en lo que más me interesa.» Podéis consultar los proyectos de La Conquesta del Pol Sud en la página web:
http://www.laconquesta.com